Título: El libro de los portales
Autora: Laura Gallego
Saga: Ninguna
Editorial: Minotauro
Fecha de publicación: junio de 2013
Formato: Tapa blanda
Páginas: 496
Precio: 14, 95€
<<"No existen las fronteras para aquellos que se atreven a mirar más allá.>>
Maese Belban de Vanicia
Los pintores de la Academia de los Portales son los únicos que saben cómo dibujar los extraordinarios portales de viaje que constituyen la red de comunicación y transporte más importante de Darusia. Sus rígidas normas y su exhaustiva formación garantizan una impecable profesionalidad y perfección técnica en todos sus trabajos.
Cuando Tabit, estudiante de último año en la Academia, recibe el encargo de pintar un portal para un humilde campesino, no imagina que está a punto de verse involucrado en una trama de intrigas y secretos que podría sacudir los mismos cimientos de la institución.
Tenía muchas ganas de leer este libro desde que me enteré de su publicación y la lectura conjunta de El juglar de tinta me pareció la excusa perfecta (aunque después también incluí su lectura en el Summerthon de Generación Reader). Esta autora es una de mis favoritas desde que era pequeña ya que gracias a sus libros me inicié en el apasionante mundo de la lectura. He leído todos sus libros juveniles (las reseñas de Donde los árboles cantan y La hija de la noche ya están publicadas en el blog), así que este no podía ser menos.
He de reconocer que al principio el libro me pareció rarísimo. Está ambientado en una especie de época medieval en la que existe una pintura gracias a la cual se pueden pintar unos portales que permiten viajar de un lugar a otro en un segundo. Todo esto de los portales está controlado por la Academia de los Portales, una institución que se dedica a formar a los nuevos pintores de portales y a mandarlos a pintar por toda Darusia (el país/reino en el que se desarrolla la historia). Hasta aquí todo normal (al fin y al cabo es un libro de fantasía), pero lo extraño es que te encuentras con un montón de personajes que no tienen ninguna relación entre sí, con vidas completamente diferentes, y todos bastante importantes. Además, los capítulos se me hacían infinitos (son más largos de lo que estoy acostumbrada) y esto provocó que me pareciera pesado avanzar y me costara engancharme. Por suerte, hacia la página ciento y algo todo empieza a tomar forma y la historia se vuelve interesante cuando se vuelve interesante. Yo diría que hasta entonces todo es una introducción, para que conozcas la situación de los personajes y de su curioso mundo.
Como he dicho antes, hay muchos personajes importantes (si los comparamos con la mayoría de los libros que solo tiene dos o tres). Algo que me pareció curioso es que todos los personajes tienen secretos que la muy poca gente conoce y que se van revelando a lo largo del libro. Aunque el narrador, en tercera persona omnisciente, va dejando pequeñas pistas, en ningún momento imaginas hasta qué punto llegan estos secretos.
- Maese Belban: también conocido como el "granate loco" es un profesor de la Academia (al menos lo era antes de volverse “loco”, pero sigue viviendo allí). No aparece mucho en el libro pero lo considero un personaje clave para la historia porque la trama principal gira en torno a su persona.
- Tabit: es un estudiante la Academia, el mejor y más aplicado. Puede pasarse horas estudiando y es muy meticuloso en todo lo que hace, siguiendo paso a paso todas las “instrucciones” sin saltarse nada ni dejarse llevar por su intuición. Puede parecer que solo saca buenas notas porque estudia muchísimo (esa fue mi primera impresión) pero también es muy inteligente. La verdad, al principio me parecía bastante insoportable (no me gusta la gente tan cuadriculada), pero según avanza el libro cambia un poco, o esa es mi impresión.
- Caliandra (Cali): también es estudiante de la Academia pero, a diferencia de Tabit, no es tan aplicada y solo saca buenas notas en las cosas que le interesan o se le dan bien. Es una chica muy intuitiva e imaginativa y rechaza el seguimiento de los cánones establecidos. Yo diría que es el personaje que más me gusta (y no porque me identifique con ella porque tengo que reconocer que me parezco más a Tabit).
- Tash: lleva trabajando en una mina de bodarita (el mineral que se utiliza para hacer la pintura de los portales) toda su vida. Su secreto fue el que más me sorprendió, porque más bien me dejó atónita.
- Rodak: es el guardián de un portal. Es más bien taciturno, aunque parece que cambia un poco a lo largo de la historia (o esa fue mi impresión). La verdad es que su secreto también fue bastante sorprendente, no lo esperaba.
- Yunek: es un pobre granjero cuyo único deseo es conseguir un futuro próspero para su hermana pequeña, y hará cualquier cosa para conseguirlo.
Los destinos de todos estos personajes, en apariencia sin ningún lazo entre sí (excepto Tabit y Cali, cuya relación no es precisamente buena), se unen cuando dos misteriosas desapariciones sacuden sus vidas. Toda la historia a partir de ese momento se desarrolla alrededor de la investigación de estas, que un principio no tienen nada que ver la una con la otra. SPOILER- La verdad que al final tampoco están demasiado relacionadas, pero tienen una cierta conexión.-FIN DEL SPOILER. A pesar de que la trama principal se centra en estas investigaciones, la historia está completada con ciertos matices como el desarrollo de las relaciones entre los personajes (incluyendo, cómo no, alguna que otra historia de amor) y los descubrimientos a cerca de los portales, que al parecer son grandes desconocidos. No es que la historia sea en sí emocionante, pero sí que engancha y te obliga a seguir leyendo para saber lo que pasa.
El libro de los portales está cargado de misterio, combinado con giros inesperados y personajes realmente curiosos. Estos elementos convierten a este libro en una lectura interesante, entretenida (como he dicho antes, si logras superar las primeras cien páginas) y completamente recomendable para todo aquel que busque una buena lectura con un toque fantástico.
Laura Gallego García nació en Quart de Poblet (Valencia) en 1977. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia y posteriormente inició los estudios de doctorado. Simultáneamente, se lanzó al mundo de la escritura y, a pesar de su juventud, pronto sus obras fueron publicadas tanto en nuestro país como fuera de sus fronteras y, por supuesto, premiadas por prestigiosas editoriales. También ha preparado diversos guiones en el campo de la animación y fue fundadora y colaboradora habitual de la revista universitaria Nayade.
Su primera novela publicada fue Finis Mundi. Es autora las exitosas trilogías de Memorias de Idhún y Crónicas de la Torre.